Sonidos

Eres una extraña masa de sonidos.
 Era de noche cuando lo supe, que, en realidad, es de tus sonidos de quien estoy enamorada. 
De ese cuando el humo te atraviesa la garganta antes de escupirlo, del que haces cuando intentas cantar las canciones que no sabes. El extraño grito que sale de ti cuando mis dedos te te rozan las costillas, del sonido de tus dedos de los pies cuando no puedes dormir y de ese molesto rugir que deja escapar tu boca cuando sí duermes. Del que te sale cuando pruebas algo exquisito. De la sinfonía que se desata cuando me besas, de tus dedos rascando tu cabeza
Y sin embargo sé que incluso me enamoré de la ausencia de tus ruidos. Tu silencioso orgasmo, tu quieta lectura y tu muy callado rostro pensativo.

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